Seguramente muchos de vosotros hace semanas que no veis a vuestros caballos, es normal y entendible que se os presenten dudas. ¿Qué sentirá mi caballo cuando me vea después de tantos días? ¿Qué es lo primero que me conviene hacer al verlo? ¿Cómo puedo chequear que no tenga ninguna dolencia? ¿Puedo montar a mi caballo directamente el primer día que lo vea?
No todos los caballos han tenido las mismas posibilidades durante la cuarentena. Algunos habrán salido más, otros menos, a algunos se les habrá realizado un plan de trabajo y a otros simplemente se les habrá sacado del box para caminar y pastar unas horas al día.
¿Qué sentirá mi caballo cuando me vea después de tantos días?
El caballo es un animal que vive el presente. Esto hace que, si sus condiciones de bienestar son óptimas, es decir, que no ha estado todo este tiempo en una cuadra o sin relación con otros caballos, su estado anímico será positivo. Se alegrará al vernos dependiendo de la relación que tuviéramos con el caballo antes del confinamiento. Si la relación era buena, no os preocupéis, porque cuando nos vea llegar sentirá una gran alegría. Los amigos son para siempre.
Ahora bien, si la relación no era todo lo deseable que uno quisiera, también nos reconocerá cuando nos vea y seguramente no se alegrará tanto. Pero este parón puede favorecernos si lo reconvertimos en “vamos a empezar de nuevo nuestra relación”. Un nuevo principio se convierte muchas veces en una buena relación. Todo es empezar desde cero.
¿Qué es lo primero que me conviene hacer al verlo?
Si el caballo lleva tiempo sin salir del paddock, lo primero que aconsejaríamos es llevarlo a que camine un poco por el campo y que coma hierba. Cuando comen hierba, aunque parezca mentira, mueven todo su esqueleto, es una buena forma de empezar a moverse. Es una buena manera de recompensar nuestra ausencia ¡Los caballos estarán encantados de que hayamos vuelto!
En los días posteriores podremos comenzar con el entrenamiento poco a poco, recomendaríamos que se hiciera de forma progresiva. Pensemos que son deportistas y que después de tanto tiempo parado debemos hacer que se ejerciten con conciencia si queremos prevenir lesiones.
¿Cómo puedo chequear que no tenga ninguna dolencia?
Este es un aspecto muy importante y consideramos que nunca está de más chequear que el caballo no presente señales de malestar o molestias.
En primer lugar, una palpación de todo el cuerpo y extremidades del caballo: notar si hay zonas inflamadas o calientes, heridas, contracturas.
En segundo lugar, observar cómo se mueve el caballo al paso en línea recta y a los tres aires en libertad o a la cuerda en ambas manos. Si nunca lo hemos hecho, es un buen hábito y cada vez tendremos más confianza y veremos antes si hay alguna anomalía. Es lógico las primeras veces no estar seguro de si es o no normal, podemos también fijarnos en otros caballos.
¿Puedo montarlo directamente el primer día que lo vea?
No te aconsejamos montarlo el primer día. Tal y como hemos comentado en las preguntas anteriores, lo primero sería dedicar un tiempo para estar con el caballo, la importancia de trabajar el vínculo antes de pedirle nada. Como haríamos con un amigo al que no vemos hace tiempo, tomaríamos algo y nos pondríamos al día.
El momento de volver a montarlo dependerá del tipo de actividad física que tu caballo haya tenido durante el confinamiento. Si tu caballo vive en box y ha salido poco tiempo por el día a caminar y estirar extremidades, te recomendamos que empieces por el trabajo pie a tierra y estiramientos.
Sobre los estiramientos.- Diferenciar los que sirven como calentamiento y los que se hacen al final del trabajo. En caso de no saber, mejor no hacerlos. Y simplemente dar un buen cepillado al caballo y algún masaje muy básico al finalizar.
En cuánto al trabajo pie a tierra.-Importante no reducirlo a dar cuerda, en el sentido que el caballo se mueve en círculos alrededor nuestro. Hemos de buscar siempre la comunicación con el caballo y que este tipo de entrenamiento sirva para que coja mayor conciencia de su cuerpo para prepararlo para la monta. Hay muchos tipos de trabajo pie a tierra, una combinación de éstos siempre proporciona mayor estímulo al caballo: trabajo en libertad, con riendas largas, paseos en el campo, buscar bancales en el campo para que el caballo deba equilibrarse, trabajo de equitación conectada, con barras y cavalettis.
En cambio, si tu caballo vive en semilibertad y ha tenido más actividad durante estos días, podemos reducir las sesiones del entrenamiento pie a tierra y empezar a montarlo antes.
Cuando empecemos a montar.- Es aconsejable elaborar un plan de entrenamiento progresivo. Sin tener en cuenta el nivel de doma del caballo, siempre empezaríamos a trabajar al caballo con la doma básica, buscando:
– Relajación
– Ritmo constante, cadenciado.
– Que estire cuello hacia delante y cabeza relativamente baja, dependiendo del caballo. El rango puede variar, así podemos coger como referencia la nunca a la altura de la cruz del caballo, sería suficiente para conseguir que biomecánicamente el caballo utilice correctamente su cuerpo para soportar el peso del jinete. Puede también bajar más la cabeza, si vemos que eso no le provoca poner más peso sobre las manos.
– Flexibilidad, que el caballo pueda incurvar su cuerpo tanto lateralmente a ambas manos como longitudinalmente (de delante hacia detrás), en un estado de tranquilidad, viendo cómo fluye movimiento en la suavidad de sus ojos, orejas y cola.
Siempre va bien chequear que tenemos esta base para poder avanzar en el entrenamiento del caballo de forma respetuosa y coherente. Pues a veces, nos centramos en los objetivos que nos marcamos y sin querer olvidamos la importancia de tener una buena base y que hay que entrenarla también para mantenerla.
Así, tras un tiempo de descanso del caballo, hemos de olvidarnos donde estábamos y entrenar la base. Hemos de volver a poner en forma a nuestro compañero con paciencia y amor. Una buena opción es combinar el trabajo en pista con los paseos por el campo con conciencia. Podemos disfrutar consiguiendo pequeños detalles, como por ejemplo, pedir las transiciones, etc…con más sutileza y suavidad.
No hace falta ejecutar un ejercicio avanzado de doma o un buen salto, para disfrutar de las sensaciones que la conexión con nuestro caballo nos proporciona. Una vez afiancemos esto, ya podremos volver al nivel en el que estábamos.
Esperamos haber ayudado a despejar algunas dudas sobre este tema. Deseamos que el reencuentro con vuestros caballos sea un momento muy especial. No dejéis de disfrutar cada instante junto ellos.
Marc Plan y Melín M. Farriols
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Melín M. Farriols y Marc Plana, son profesionales de reconocido renombre en el mundo ecuestre. Ambos, son instructores de la Certificación DEEC una formación combinada de Doma Educativa y Equitación Conectada que dicta en Horseway.
Melín M. Farriols, es Directora del Centro de Formación Ecuestre Horseway y monitora de Equitación Conectada. www.horseway.es / www.melinmfarriols.com
Marc Plana es educador equino y creador del método Doma Educativa. www.marcplana.com
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