Desde la noche de los tiempos, los caballos conviven con los humanos. Han sido sometidos, usados, domados… Nos han llevado a cruzar fronteras, a conquistar nuevos mundos. Han trabajado cultivando campos, construyendo ferrocarriles, trainando pesos.
Con infinita paciencia han permanecido a nuestro lado, nobles, leales, sin perder el brío majestuoso y salvaje. Tal vez confiando que llegaría un tiempo de despertar, un tiempo en el que los humanos nos abriéramos para comunicar y tomar de ellos todo lo que nos regalan, simplemente siendo.
Espejos de nuestras emociones, de nuestras sombras y nuestras luces. Sanadores, compañeros, amorosos…
Hoy nos acompañan en el despertar de la conciencia.
Ese tiempo es ahora.
Información tomada de: Alma de Caballo
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