Cómo cuidar de tu burro
Los burros, con su dulce rostro y naturaleza amable e inteligente, son mascotas maravillosas. No merecen su reputación de testarudez; de hecho, son inteligentes y contemplativos. Los burros necesitan unas cuantas hectáreas de espacio, un lugar seco para dormir y abundante fibra para comer. Si cuidas muy bien de tu burro, puede vivir por más de 30 años.
Los burros son criaturas extremadamente sociables y se entristecen cuando se les deja solos en las pasturas. El burro estará mucho más feliz con un compañero. Dos burras, dos burros castrados o una burra y un burro castrado son buenos compañeros el uno para el otro. Los burros formarán un vínculo profundo con sus compañeros de por vida y no querrán ir a ningún lugar sin el otro.
Los burros pueden formar vínculos
Con caballos, pero, si alguna vez planeas llevar al caballo a algún lugar sin el burro, no es recomendable permitirles formar un vínculo tan profundo. El burro se molestará cuando te lleves al caballo de las pasturas. Es mejor mantenerlos en recintos separados.
Los burros tienen necesidades dietéticas específicas y, si los mantienes con otras especies, es probable que suban de peso y se enfermen.
Los burros y los perros no son buenos compañeros entre ellos, a menos que se les críe juntos desde que sean bebés.
Elegir y manejar a un burro
Elige un burro del tamaño, sexo y temperamento correcto. Al elegir a un burro, es importante tomar estos factores en consideración. Los burros machos y hembras tienen diferentes temperamentos, y hay burros miniatura, estándar y gigantes. Averigua cuál tipo se ajusta mejor a tus necesidades antes de elegir cuál llevarte a casa.
Si planeas tener el burro como mascota, elige uno castrado o una burra.
Si planeas cruzar al burro, necesitarás un burro intacto y una o más burras. Sin embargo, no consigas un burro intacto si solo quieres una mascota, y no lo mantengas con otros burros machos, ya que se pelearán.
Si planeas montar el burro, asegúrate de que sea lo suficientemente grande para resistir tu peso. Un burro puede cargar el 20% de su peso corporal de forma segura.
Si planeas usar tu burro como un animal guardián contra depredadores, como lobos o perros, elige un burro estándar o gigante, no uno miniatura. Es importante que sea más grande que el depredador.
Asegúrate de que el burro tenga un entrenamiento básico. Si esta es tu primera vez manejando a un burro, debes elegir uno que ya sepa cómo pararse y caminar con una correa sin echar a correr. Es posible que también quieras asegurarte de que el burro pueda aceptar que lo acaricien en todo el cuerpo y de que te permita levantarle los pies sin problema. Los burros pueden ser un poco complicados de entrenar, así que, a menos que tengas experiencia con ellos, es una buena idea elegir uno que esté bastante bien educado.
Ten más de un burro si puedes. Los burros son criaturas extremadamente sociables y se entristecen cuando se les deja solos en las pasturas. El burro estará mucho más feliz con un compañero. Dos burras, dos burros castrados o una burra y un burro castrado son buenos compañeros el uno para el otro. Los burros formarán un vínculo profundo con sus compañeros de por vida y no querrán ir a ningún lugar sin el otro.
Los burros pueden formar vínculos con caballos, pero, si alguna vez planeas llevar al caballo a algún lugar sin el burro, no es recomendable permitirles formar un vínculo tan profundo. El burro se molestará cuando te lleves al caballo de las pasturas. Es mejor mantenerlos en recintos separados.
Los burros tienen necesidades dietéticas específicas y, si los mantienes con otras especies, es probable que suban de peso y se enfermen.
Los burros y los perros no son buenos compañeros entre ellos, a menos que se les críe juntos desde que sean bebés.
Sé amable con tu burro. A los burros no se les debe castigar severamente. Practica la amabilidad y la paciencia cuando estés tratando de llevarlo con la correa o enseñarle algo nuevo. No son testarudos, pero necesitan tiempo para procesar situaciones antes de decidir qué hacer, y no les gusta que se les apresure u obligue a actuar. Acaricia a tu burro, habla en tonos reconfortantes y no alces la voz ni seas enérgico.
Permite que tu burro haga ejercicio todos los días. A fin de mantenerse en forma y saludable, necesita ejercicio diario. Él mismo se ejercitará si tiene una pastura lo suficientemente grande como para deambular alrededor de ella. También puedes sacar a pasear a tu burro usando una larga cuerda como correa. Recuerda que no es una buena idea montar al burro a menos que sea lo suficientemente grande como para resistir tu peso.
Deja que tu burro haga ejercicio adicional en invierno. Si tienes que encerrar al burro durante el invierno, tendrás que dejarlo salir cada cierto número de días para que haga ejercicio. Si puedes permitir que el burro deambule por el granero entre paseos al aire libre, esto sería ideal. No obligues a un burro que odia la nieve a salir a la intemperie; proporciónale un área de ejercicio alternativa bajo techo. Mantén abrigado al burro si deseas durante los paseos de invierno para evitar el frío; los burros pueden desarrollar neumonía o bronquitis si se los somete a la lluvia o a un clima muy frío.
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